Carta abierta al Sr. Consejero de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía
El pasado día 10 de noviembre el Consejero de Educación, Cultura y Deporte, D. Luciano Alonso junto con la Secretaria General de Educación, Dª. Elia Maldonado, presentaron el nuevo proyecto de Decreto de Primaria y normas de desarrollo.
En dicha presentación habló de la formación integral, de educación en valores, de una escuela inclusiva e integradora que favorezca la cohesión y la justicia social, de consenso y participación de la comunidad educativa, los docentes, las familias y expertos, de una norma con “todos y de todos”, incidiendo que la asignatura de Religión, tendrá un horario de 45 minutos semanales.
Lo mismo ha vuelto a aseverar, el 14 de noviembre de 2014 en la inauguración en el Parlamento las XI Jornadas del Consejo Escolar de Andalucía.
Y yo me pregunto ¿qué consenso? ¿qué entiende el Consejero por formación integral? ¿y por educación en valores? ¿qué es una escuela inclusiva e integradora? ¿cuáles son todos los ámbitos de la vida? ¿puede conocerse el patrimonio andaluz y otras culturas ignorando la religión?
Sr. Consejero ¿sabe lo que es “consenso”?. El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua lo define como “acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios grupos”. Que yo sepa hay un colectivo que forma parte de la escuela andaluza que son los profesores de religión, más de 2700 en toda Andalucía, implicado tremendamente en la educación de los niños y jóvenes andaluces, a los que ni siquiera ha consultado y cuyas aportaciones al borrador ni siquiera se han tenido en cuenta. Tampoco ha tenido en cuenta las alegaciones de la propia Iglesia Católica a quien al menos le corresponde establecer el currículo de la asignatura. Y menos al 80% de los padres de Andalucía que cada año eligen libremente, a pesar de las trabas que se ponen para ello, la clase de Religión Católica para sus hijos. ¿Puede así hablar de consenso?. Seguro que hay otros colectivos a los que tampoco se les ha tenido en cuenta.
Habla Ud. de “formación integral”, es decir global, total. ¿Puede entenderse una formación integral de la persona sin referencia a la realidad religiosa y espiritual?. Quiero recordarle que podemos definir la “formación integral” como el proceso continuo, permanente y participativo que busca desarrollar armónica y coherentemente todas y cada una de las dimensiones del ser humano (ética, espiritual, cognitiva, afectiva, comunicativa, estética, corporal, y socio-política), a fin de lograr su realización plena en la sociedad. ¿Es esto posible sin la formación religiosa?
Por otro lado menciona la educación en valores que no es sino el proceso por el que las personas incorporan normas éticas en su aprendizaje habitual, normas éticas que por supuesto la asignatura de religión católica aporta a los alumnos que la reciben y que sin una asignatura alternativa como la que introduce la LOMCE no recibirían el resto de los alumnos que no asisten a la clase de religión, como sucede en el modelo actual.
Y ¿cómo conocer el patrimonio andaluz y el de otras culturas sin tener en cuenta la religión?. Creo que esto es imposible y menos sin el conocimiento de la Religión Católica que es la que ha dado sentido a nuestra sociedad y cultura tanto española como andaluza. Y más en Andalucía donde la religión impregna, aún hoy, todos los ámbitos de la vida. Y si no, mire a su alrededor Sr. Consejero.
Por último, no se cansa Ud. de repetir que quiere una escuela inclusiva e integradora, que constituya un todo, pero siempre excluye a la asignatura de religión y a su profesorado, que tanto ha dado a la educación de los niños y jóvenes andaluces.
Sr. Consejero, y si no le corresponde a Ud. a quien le corresponda, recapacite y rectifique. Respete las Leyes y Tratados del Estado y trate a la asignatura de Religión Católica como dichas Leyes y Tratados la tratan, como asignatura fundamental, sin discriminación de su profesorado y con un horario adecuado para que sea impartida con la dignidad que se merece.
Respete el derecho de los padres atribuido en el artículo 27.3 de nuestra vigente Constitución y por ende los derechos que les asisten en la asignatura cuya ineficacia se establece al reducir la carga horaria de la misma a 45 minutos, tiempo totalmente insuficiente para impartir unos conocimientos como los de la Religión Católica.
Juan Ortega Álvaro.
Delegado Diocesano de Enseñanza.
Obispado de Asidonia-Jerez.