A mis compañeros de Reli...

A mis queridos compañer@s de Religión:

Han sido muchos los años compartiendo con todos ilusiones, sobresaltos,  alegrías y mucho más, pero mi mayor alegría y privilegio es la de haberos conocido. Por ello quiero agradeceros, en especial a D. Joaquín Gálvez, que me acogió con tanto afecto y que confió en mí desde el primer momento, vuestros gestos de cariño. Gracias también a D. Juan Ortega por seguir confiando en mí hasta el día de hoy.

Yo no quiero que esto sea una despedida; aunque de golpe e inesperadamente ha llegado el final de mi tarea como maestra de Religión, tarea que quizás podría haber realizado mucho mejor pero, eso sí, la he realizado con toda dedicación, con todo mi corazón y cariño.

Dios me ha  regalado ésta cruz, pero también a muchas personas que me están ayudando a llevarla, y yo le doy las gracias, porque Él me ha hecho ver el aprecio de tantas personas, que sin merecerlo me lo demuestran día  a día, y que a través de ellas, doy fe del gran amor que Dios me tiene.

He tenido el gusto de compartir durante estos años con un gran equipo humano y profesional de amigos y compañeros. Por todo ello, quiero agradeceros a cada uno de vosotros la buena disposición e interés que me habéis mostrado, a la hora de prestarme vuestra ayuda cuando la he necesitado, que no ha sido en pocas ocasiones, sobre el trabajo bien hecho y en el camino del día a día.

Hemos compartido risas, ilusiones, miradas cómplices e inteligentes consejos… consejos que he recibido gustosamente, porque me lo habéis dado con todo el cariño. GRACIAS por brindarme no sólo vuestra compañía, amistad, interés y cercanía, que he sentido siempre, pero en especial en los días de hospital, de recuperación y que hoy día seguís ofreciéndome.

En esos días pensé mucho, muchísimo, no sabéis cuánto, en cada uno de vosotros, cuando recibía vuestras llamadas, visitas, mensajes, recuerdos, saludos, no os podéis imaginar lo cercano que os sentía y cuánto bien me hacíais y que hoy día lo seguís haciendo, sé que cada uno rezó por mí y que lo hicisteis de corazón, pero también yo a la vez también Oraba, porque la oración era mi mayor fuerza y consuelo, oraba agradeciéndole a Dios y a nuestra Madre María el haberme dado la oportunidad de haberos conocido.

Gracias a todos los que estáis aquí y a los que por diversos motivos ya no están. No exagero si os digo que me siento afortunada. Por todo quiero que sepáis que me quedo, desde el gran respeto y cariño que os tengo, con los mejores y más bonitos recuerdos vividos con todos y cada uno de vosotros. ¡Gracias!.

Vuestra amiga y compañera, Pilar F. D.

Utilizamos cookies de terceros para mejorar nuestros servicios. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Para saber más acerca de nuestro uso de las cookies y cómo eliminarlas vea nuestra política de privacidad.

Acepto las cookies de este sitio.

EU Cookie Directive Module Information